Durante la reunión del miércoles 27 de agosto de 2008, en el depto. de Magui y Agustín Santarelli junto a otros oriundos de la “City” como me gusta decirlo con humor, en un momento se presentó un más que interesante debate, sobre qué elemento/s serían los que distinguirían a nuestro querido El Triunfo en el caso del adhesivo(1) que llevamos adelante. Sentí la madurez de las opiniones globales y eso es muy bueno. Y voy a relatar tratando de no irme por las ramas lo que surgió en casa en la noche del jueves, sin que ello signifique introducir cambios en lo que se use para el logo del centenario.
Comentando con Julia (mi esposa) y Dolores (mi hija menor) sobre estas alternativas, y las críticas miradas que todos teníamos con algunos matices sobre dos símbolos que la historia, en los aspectos nacionales, regionales y locales vinculan con la esencia de la localidad. Estos distintivos, son por un lado el mangrullo (creación hasta hace poco más imaginaria que real para nosotros por no existir ninguno en pié en el pueblo), y por otra parte, el El cañón, ubicado en la plaza del pueblo y que data de la década del 1930.
Es así que en tanto se concordaba lo lamentable de estos símbolos en cuanto a la relación que guardan respecto al genocidio llevado a cabo por el poder político del siglo XIX, cometido contra las personas a las que el General José de San Martín denominó “nuestros paisanos los indios”. Así es que, ante la pregunta que textualmente me efectúa Dolores: “…pero pá, para dónde apunta el cañón?”, resulta que de pronto me percato que, ¡El cañón apunta hacia el Este!, ¡En la dirección opuesta al sentido de la campaña!.
“El cañón está al revés”, se escuchó desde hace mucho decir a diversas personas, ya que a varias generaciones nos enseñaron un modo de contar la historia. Lo que no sabemos y quizá aún podamos encontrar algún dato, es si fue montado al revés ya sea por casualidad, ya sea como motivo de denuncia que la creatividad del o los ejecutores expresaron con la obra, ya sea por cosas del inconsciente o mera casualidad nomás.
Pero acá a mi entender, cabe la posibilidad de que el símbolo pueda ser RESIGNIFICADO como una estampa denunciante de la barbarie cometida contra los pueblos originarios, que llevan bastante más de 10.000 años en el continente. Si este artefacto bélico histórico fue montado en el transcurso de la década de 1930, es algo que lo convierte en uno de los primeros símbolos que denunciarían ese cruel atropello, y ello puede crear un vuelco en la vida del pueblo, incluso para pasar a ser un punto de la geografía histórica que la torne en una localidad distintiva sobre la consideración a nuestros hermanos más antiguos, que por serlo obviamente tienen derechos, principalmente al derecho a una tierra propia y fértil para vivir con dignidad.
Quizá un mismo elemento nos permita dar un nuevo sentido y una mirada diferente a nuestra historia, hacer visible hechos y visiones que fueron silenciadas durante tanto tiempo, a las cuales no pudimos acceder oportunamente por medio de la enseñanza escolar bajo el condicionamiento imperante hasta no mucho tiempo atrás.
A lo mejor pueda convertirse en un homenaje ante lo inevitable de este hecho consumado entre otros crímenes que en la historia el humano acometiera contra pares argumentado de la mano de ideologías que han causado diversas masacres a lo largo de su existencia.-
Marcelo Jesús Herrera, 31 de agosto de 2008
(1) Se refiere al autoadhesivo con la imagen del logo que identifique a El Triunfo, que se está diseñando, alusivo a la conmemoración del Centenario.
